EL IMPACTO DE LA TELEVISION

En el siglo XXI, los niños pasan más tiempo ante la televisión que en la escuela. Este dato, tan contundente como alarmante, es el resultado más significativo de los últimos estudios realizados sobre el consumo de televisión de nuestros hijos. Y aún hay una conclusión más reveladora si cabe en lo que respecta a la televisión nacional: la programación infantil está desapareciendo de la parrilla televisiva porque no resulta rentable para los canales de televisión y las empresas a los que pertenecen.

La preeminencia de la televisión como aparato generador de opinión pública e incitadora de un consumismo exacerbado está aquí para quedarse, y los más pequeños son los más expuestos a su influencia negativa. Nuestros hijos ya no sólo nos piden los juguetes más caros y sofisticados; ahora, empujados por publicidad que ven en la televisión, ya se permiten el lujo de aconsejarnos qué modelo de coche comprarnos y de exigirnos que les compremos ropa de marca. Por este motivo, protegerles y educarles en un consumo crítico y racional de la televisión se convierte en nuestros días en una responsabilidad prioritaria para nosotros, los padres.

No obstante, el objetivo de enseñar a los niños a reflexionar sobre lo que les muestra la televisión no es competencia exclusiva de los padres: el reto de educarles en un consumo responsable de los medios audiovisuales debe ser compartido con la Administración, y en particular con los centros educativos. Una idea que propone la doctora en sociología y psicología Victoria Tur sería incorporar este tipo de enseñanza a la futura asignatura de "Educación para la ciudadanía", algo que a día de hoy no se contempla.


EL IMPACTO DE LA TELEVISIÓN

¨Muchos niños pasan un promedio de 3-4 horas diarias viendo televisión. La televisión puede ser una influencia muy poderosa en el desarrollo del sistema de valores, en la formación del carácter y en la conducta. Lamentablemente muchos de los programas de televisión contienen un alto grado de violencia. Los psiquiatras de niños y adolescentes que han estudiado los efectos de la violencia en la televisión han encontrado que éstos pueden.

  • Imitar la violencia que observan en la televisión,
  • Identificarse con ciertos tipos, caracteres, víctimas y/o victimarios
  • Tornarse ¨inmunes¨ al horror de la violencia; y
  • Gradualmente aceptar la violencia como manera de resolver problemas.

De manera que la exposición extensa a programas de televisión que contengan violencia causa mayor agresividad en los niños. En ocasiones, el ver tan sólo un programa violento puede aumentar la agresividad. Los niños que ven espectáculos en los que la violencia es presentada de forma muy realista, repetida, o sin ser castigada, tienen mayor probabilidad de imitar lo que ven. El impacto de la violencia en la televisión puede reflejarse en la conducta del niño inmediatamente o manifestarse más tarde en su desarrollo. Las jóvenes pueden afectarse aun cuando en la atmósfera familiar no haya tendencia hacia la violencia. Esto no quiere decir que la violencia que se ve en la televisión es la única causa de conducta violenta o agresiva, pero no hay duda de que es un factor significativo.

Los padres pueden proteger a los niños del exceso de violencia en la televisión

  • Prestando mayor atención a los programas que ven los niños.
  • Estableciendo límites en el tiempo que pasan viendo televisión.
  • Evitando que vean aquellos programas conocidos como violentos. Deben cambiar el canal, o apagar el televisor cuando aparecen escenas ofensivas, y explicarle al niño aquello que consideran malo o inadecuado del programa.
  • Señalar al niño que aunque el actor no se lastimó, hirió o murió durante el programa, la violencia puede producir dolor o muerte si sucede en la vida real.
  • Desaprobando los episodios violentos que suceden frente a los niños, enfatizando el hecho de que esa no es la mejor forma de resolver un problema.
  • Para contrarrestar la presión que ejercen los pares, compañeros y amigos, debe comunicarse con otros padres para poner en vigor reglas similares sobre el tiempo y tipo de programa que deben ver los niños.

Para lograr el desarrollo positivo de nuestros niños se hace necesario que los padres brinden afecto a sus hijos, que mantengan un diálogo abierto y receptivo, y al mismo tiempo establecer límites conjuntamente con ellos, en las múltiples situaciones que se presentan en diario vivir y convivir.


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